viernes, 15 de mayo de 2015

SOBRE LA ACTUACIÓN DEL AYUNTAMIENTO DE SANTANDER EN EL PARQUE DE LA MARGA

SOBRE LA ACTUACIÓN   DEL AYUNTAMIENTO DE SANTANDER   EN EL PARQUE DE LA MARGA
                                  Plataforma en Defensa   de  la Bahía     ( D E B A )

El problema real del parque de La Marga  es el estado de abandono, la falta de mantenimiento  y  la progresiva  degradación que ha ido sufriendo por las decisiones poco acertadas  tomadas en el pasado  por el ayuntamiento. En este parque se han ido emplazado una serie de instalaciones  que no son compatibles con un parque, como es la estación de transferencia  de basuras por recogida neumática. A nadie se la ocurriría situar un centro de transferencias de basuras, por ejemplo,  en la península de La Magdalena o en los jardines de Pereda. La ubicación de dicha estación en este parque constituye por tanto uno de los serios problemas  del mismo. Además, el acceso al parque resulta problemático porque se hace regateando obstáculos a través de un espacio muy restringido y acotado por viales, edificios e instalaciones varias. Todo ello ha colaborado a la progresiva marginalización de este espacio.
Resulta chocante que el alcalde considere que el problema del parque son los árboles, ya que no parece muy  lógico quitar árboles precisamente en la zona más contaminada de Santander. Ante las obras de remodelación  que se están realizando en el parque de La Marga cabe preguntarse  si es una necesidad real, si constituye  un gasto prioritario dentro de la endeudada economía municipal, o si obedece más bien a la estrategia electoral del regidor y al pago de favores.
El parque de La Marga es un significativo ejemplo de la  anacrónica  consideración que el ayuntamiento hace de los parques, tratándolos como  espacios residuales, capaces de albergar todo tipo de equipamientos e instalaciones,  aunque resulten inadecuadas o excesivas.
Lo sucedido en el parque de La Marga es la  última actuación de un político como el alcalde de Santander, Iñigo de la Serna, caracterizado por comportarse  como  si fuera el  propietario de la ciudad  y no un  gestor democrático de la misma. Ha sido y es propio  de este alcalde excluir a la sociedad evitando  la participación ciudadana, y exigiendo a la población un apoyo acrítico y absoluto a las decisiones previamente tomadas por él y plasmadas en fantasiosas infografías. El ataque a quienes no se someten a sus ocurrencias y prioridades urbanísticas le deslegitiman como gestor democrático y le consagran como un político déspota y alejado de la población y sus necesidades reales y propuestas.
Santander 17  de Febrero  de 2.015

                         Plataforma   en  Defensa   de   la  Bahía      ( D E B A )


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