domingo, 17 de enero de 2016

TODOS LOS GRUPOS MUNICIPALES SON RESPONSABLES

DE LO QUE  SUCEDE EN EL  PILÓN,  TODOS LOS GRUPOS  MUNICIPALES  SON  RESPONSABLES
Después de tres meses  de tregua, coincidiendo con las pasadas elecciones generales, el Ayuntamiento de Santander pone de nuevo  en marcha la unidad de actuación en el barrio de El Pilón. Situado en el punto más alto de la ciudad, en el paseo de General Dávila frente al campo  de fútbol del  antiguo cuartel, la actuación supone expulsar a varias decenas de familias de sus casas para construir en este emblemático espacio de la fisonomía y cultura santanderinas, 140 nuevas viviendas en bloques de 8 alturas, derribando las viviendas de 3 alturas que ahora existen.
Actuaciones como esta se prevén en otros 90 lugares de la ciudad. Todo esto es posible gracias al Plan General de Ordenación Urbana aprobado en 2.012. Este plan, hecho con la mentalidad de los tiempos  de la burbuja inmobiliaria  del año 2.004 y que ya resultaba  obsoleto cuando fue aprobado, se caracteriza por aplicar una política de construcción  sumamente agresiva para la adecuada ordenación urbana de la ciudad y el interés general de sus vecinos, además de ser contradictorio con la actual legislación estatal.
El actual Plan General no está sirviendo para corregir los históricos errores cometidos y heredados  del pasado, sino que  está agravándolos  y creando otros nuevos, al pretender construir viviendas en toda la superficie del municipio hasta agotar el suelo disponible  y en todas las zonas  libres que aparezcan en la ciudad consolidada por pequeñas que sean.
Semejante devastación  territorial  promovida por el equipo de gobierno, se está llevando a cabo gracias a la complicidad pasiva de los grupos de la oposición, que pasado medio año  de las elecciones municipales,  miran para otro lado y parecen no querer enterarse de los abusos y consecuencias desastrosas que este plan está creando y va a crear  progresivamente, hasta que sus errores resulten irremediables e irrecuperables.
Algunos grupos políticos llevaban en sus programas la conveniencia  de revisar y modificar el Plan General, sin que hasta el momento nadie  haya conseguido algún  resultado  concreto  y práctico al respecto. Quizás es que los problemas de la planificación del  espacio urbano de Santander y del condicionante permanente  que ello  supone para  la calidad de vida de sus vecinos no les parezca  suficientemente importante, o no les interese. Como si una vez conseguido el  puesto de concejal, el diseño del espacio de  la ciudad  dejara de ser  prioritario.
Recientemente se han hecho varias modificaciones puntuales del Plan General. Todas ellas tienen en común que se hacían a petición y en beneficio de banqueros, promotores y constructores. Lo que se  pide en El Pilón es lo mismo, pero en esta ocasión para beneficio de la ciudad y sus habitantes. Se trata de  modificar el plan en esa zona  para hacer algo  que mejore los espacios públicos de Santander y que no suponga la expulsión de los vecinos.  En definitiva, se pide cambiar el plan en ese barrio a favor de la ciudad y de sus vecinos. Cuando se quiere se puede. Lo que pasa es que el equipo de gobierno  no tiene voluntad política más que para defender  exclusivamente  a  los promotores.


Ya es sabido que el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Santander actúa como mero agente inmobiliario en defensa de los intereses económicos de los promotores y no como representante y garante del interés general de la ciudad y de sus habitantes. Lo que resulta chocante es la inhibición y falta de iniciativa de todos los grupos políticos de la nueva corporación en  las nuevas y actuales circunstancias. Esto les sitúa en una actitud de apoyo por omisión,  de   la misma desvergonzada  filosofía de destrozo urbanístico terminal que pretende el actual Plan General vigente.
 Hay que recordar a todos los grupos políticos del ayuntamiento, bien sean del gobierno o de la oposición, que todos son corporación. Por lo que todos son corresponsables del mantenimiento de este desastroso plan, mientras  no hagan algo eficaz  para evitar que acabe arrasando los pocos espacios que aún quedan libres y expulsando de sus hogares a los actuales habitantes de las 90 unidades de actuación previstas. La paralización urgente y la revisión en profundidad de este modelo de urbanismo al servicio exclusivo de intereses especulativos, debiera ser la prioridad absoluta de todos los grupos municipales que, salvo el PP, incluían en sus programas electorales la revisión del Plan General. 
Santander   13   de   Enero   de  2.016


Plataforma   en  Defensa    de    la   Bahía       (   D E B A   )

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