miércoles, 7 de diciembre de 2011

Arquitectos estrella y políticos

Recomendamos un reportaje interesantísimo donde se dicen verdades incómodas que no interesan a los políticos ni a los arquitectos estrella. Todo lo que se dice es aplicable al Centro Botín. abajo ponemos  un resumen (citas textuales). Es tan claro que omitimos cualquier comentario. 


En los edificios más ética y menos estética. Los edificios pueden ser bellos pero no por ello son buenos. Menos es más.
¿Sólo los arquitectos jubilados tienen libertad para decir las verdades? El resto deben esperar las migajas del poder.
Hay que pensar como va a engranar un edificio con el entorno en el que se inserta. Eso lo aceptan todos, menos los "figuras".
La arquitectura debe revitalizar, recuperar, reciclar, rehabilitar, reutilizar, recomponer,...volver a la sensatez, al equilibrio
Mareados de tanta belleza. Cuando no hay ética, nos queda la estética.
Los arquitectos estrella trabajan para los millonarios. Hacer dinero y presencia mediática, ese es el interés.
Construir bien y tener en cuenta el entorno y las costumbres, los intereses de las personas, la vida pasada, presente y futura.
Conformidad ante la estrella del arquitecto. El respeto hortera de los munícipes hacia el creador estrella es insoportable.
La arquitectura debe tener que ver con la implicación social. Los gobernantes han cuestionado poco los proyectos espectáculo.
Cuando uno pretende distinguirse con un edificio de un arquitecto estrella y todos alrededor intentan lo mismo, ya no funciona.
Hablando de la ubicación del Guggenhein: Lo pusieron en una zona deprimida en contra de la anomia de los políticos (querían que se ubicara en una zona "noble")
Fiesta, borrachera, entusiasmo desarrollista. El hacer no siempre es bueno. Puede ser muy destructivo.

Las alegrías de un momento pueden convertirse en los lamentos del futuro. 
En arquitectura lo urgente no deja tiempo para lo importante.

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